Puerto Río Tranquilo - Mirador Glaciar Monte San Valentín (104 km. ida y vuelta)
Debo confesar que cuando regresamos a tranquilo dije; "Este camino si que es la Verdadera Carretera Austral que conocí en historias y revistas".
Nos levantamos temprano como de costumbre, entre 8:00 y 9:00 hrs., tomamos un buen desayuno y partimos. El día se presentaba nublado y con harto viento.
Compramos el almuerzo oficial (galletas, pan y cola-cola) y salimos por la ruta que lleva a Bahía Exploradores. Estaba helado y los arboles nos protegían del viento, pedaleamos sin parar hasta el Lago Tranquilo, nos detuvimos en el mirador para hidratarnos y contemplar el Lago.
Pasamos la loma que geográficamente lo contiene, sigue una bajada con curva y empieza a cambiar el paisaje. De a poco en los cerros van desapareciendo los pastos amarillos, aparecen pequeños pinos, muchos arboles secos y el camino continua en tobogán a través del estrecho valle. Las nubes lentamente nos fueron negando el sol para hacernos sentir débiles frente al viento que no molestaba pero que traía consigo el frío. Pedaleamos largo rato hasta ver el primer ventisquero y la verdad no teníamos idea que hay varios en toda la ruta. Sacamos la cámara e hicimos varias tomas del hielo, para verlas con mas detalle en la pantalla. Impresionante.
Continuamos la ruta bien motivamos por lo que estábamos viendo, el sol lograba vencer a las nubes en algunas batallas y nos regalaba tramos de grata temperatura. Llegamos a la Cascada La Nutria, parada obligada para tomar fotos y abastecernos de agua. Aquí nos topamos con varios turistas en auto y que la verdad no transitan mucho por esta ruta ya que no es muy conocida a pesar de su belleza.
El camino cada vez se presentaba mas duro, aunque poca calamina, tenia bastantes piedras y hoyos. Al avanzar los kilómetros me dolía el hombro izquierdo, paramos un par de veces para calmar el dolor hasta llegar a un sector donde el valle se encajonaba bastante. Nos llamó la atención la forma de las algunas piedras que eran enormes murallas lisas y por las cuales caía agua, aprovechamos de comer algo porque no me sentía muy bien.
En este punto los frondosos bosques y la selva patagónica ya se habían adueñado por completo del paisaje. Paramos largo rato y al continuar seguíamos viendo estas murallas de roca lisa, parecía que alguien las hubiera pulido por años. El valle se amplió por un momento para mostrarnos majestuosamente otro Ventisquero en lo alto. Paramos nuevamente pero esta vez para contemplarlo, son increíbles.
Después de esto el valle se volvió a encajonar para mostrar el Lago Bayo a la derecha, el camino cambió de material, ahora muy parecido a la gravilla. Mirábamos el cielo y cada vez nos presionábamos más psicológicamente para llegar pronto a destino antes de que lloviera. Vimos muchos lugares ideales para acampar pero teníamos una meta clara… llegar al Mirador del Glaciar Explotadores.
De vez en cuando una llovizna caía sobre nosotros, apretaba la gravilla para volver más rápido nuestro pedaleo aunque sentíamos frío. Sabíamos que estábamos cerca de la meta cuando empezó un tobogán con subidas bien marcadas y en cornisa contra el río. Cruzamos el Río Deshielo y vimos un buen lugar para acampar al costado del puente, el camino se volvió plano a través de un frondoso bosque que no dejaba ver lo que había mas adelante, avanzamos unos metros cuando de la nada aparece el refugio del mirador.
Estábamos felices de haber llegado a buena hora ya que se nos habría la posibilidad de subir al mirador del glaciar. Dejamos la bicis a un costado, nos preparamos, pagamos la entrada e iniciamos la caminata por el sendero. Nos dijeron que eran 30 minutos de caminata hasta llegar al mirador por lo cual nos apuramos antes que lloviera. El sendero bien entretenido y al igual que todos los parques indicaban los nombres de los arboles y helechos. Casi al final, grandes raíces cruzaban el sendero hasta llegar a un sector de piedras donde te exige esfuerzo y precaución. Ya arriba en el mirador se lograba ver el valle por donde llagamos y al otro lado el enorme Glaciar del Monte San Valentín. Hacía frío pero nos quedamos cerca de 1 hora mirando todo el lugar, esto era realmente hermoso y teníamos la esperanza que las nubes se disiparan tan solo un momento para ver completamente al Monte San Valentín con su glaciar, que dan inicio a Campos de Hielo Norte.
Después de tomar muchas fotografías, aguantar el frío, el viento y la amenazante lluvia, bajamos para ir a armar nuestro campamento. Pedimos agua en el refugio para no quedar cortos y volvimos al Puente del Río Deshielo para acampar a un costado de el, bajo los arboles. Tuvimos que desenganchar los carros para llegar al lugar ya que estaba a muy desnivel del camino y solo existía una huella poco marcada. Una vez abajo armamos rápidamente la carpa, mi hermana a estas alturas has de la cocina preparo una rica sopa de caracolitos y una crema de espárragos para capear el frío. Yo por otro lado luchaba con la leña húmeda para lograr hacer fuego y secar la ropa que traíamos puesta aunque fuera un poco. Costaba tanto hacer durar la llama que llegue a la conclusión que soplar el fuego era un deporte innato de la Patagonia. Estuvimos hasta tarde afuera de la carpa tomándonos un cafe, no sentíamos frío a pesar de estar cerca de un glaciar y a 5 metros del Río que descargaba sus deshielos. Este era tan caudaloso que generaba mucho ruido por lo que era lógico que no dormiríamos mucho.
Sin darnos cuenta ya estábamos despertando al día siguiente, no podíamos entender como habíamos dormido tan bien; cómodos y sin sentir frío.
El día estaba completamente cerrado y para nuestra mala suerte llovía pero la carpa estaba bien protegida por los arboles. Nos preparamos y comenzamos el retorno a Tranquilo en contra de nuestra voluntad porque el lugar era muy agradable.
Hacía un poco de frío pero al poco andar ya no le hacíamos caso. Nuevamente nos encontrábamos con murallas de roca lisa pero que no habíamos visto en la ida, también de vez en cuando mirábamos atrás y descubríamos nuevos ventisqueros. Nos abastecimos de agua en la Cascada La Nutria y de a poco le fuimos ganando kilómetros a la lluvia hasta que finalmente nos dejo tranquilos. Nos dolía el cuerpo a raíz de lo malo que estaba el camino en algunos sectores y a medida que nos acercábamos a la salida del valle el viento corría mas fuerte. A nuestras espaldas las nubes cargadas de agua nos presionaban para llegar antes a Tranquilo para poder armar la carpa. Cuando llegamos al pueblo el viento soplaba fuerte, ya casi llovía, estábamos muy cansados, muertos, sin energía. Decidimos quedarnos en el mismo camping pero en el Hospedaje, no teníamos ganas de armar la carpa, solo queríamos ducharnos, comer y estar cómodos para no acordarnos del dolor de espalda.
Compartimos la mesa con un ciclista español que llevaba allí 2 meses producto de una tendinitis en una rodilla. Hacía la ruta de norte a sur con otras personas que se encontraron en el camino, en Cerro Castillo sintió molestias para quedarse finalmente en Tranquilo y esperar recuperarse. Cambiaba el valor del hospedaje por quehaceres domésticos en el mismo lugar y diseños gráficos. Su meta al igual que todos los extranjeros era llegar a Usuahia.
*** CONSEJOS ***
- El camino a Bahia Exploradores muestra varios ventisqueros en lo alto
- Lago Tranquilo está a 10 km del pueblo
- En el km 52 está el acceso al Mirador del Glaciar San Valentín. El valor es de $ 2.500 pesos chilenos.
También ofrecen caminatas en hielo, cuesta $ 35.000 pesos chilenos.
- Kilómetros más adelante se llega a un río donde no hay puente. Hay un hombre que vende paseos a la Laguna San Rafael
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