martes, 22 de enero de 2013

LAGO VARGAS - CALETA TORTEL

LAGO VARGAS - CALETA TORTEL (65 km apróx)

Cuando despertamos inevitablemente dijimos: "estamos vivos" jajajaja. Don Nicanor ya tenía fuego encendido, fuimos a tomar desayuno y volvimos para cargar los carros. 

Cuando nos fuimos a despedir, Don Nicanor nos tenía preparada otra vudinera de truchas al horno con papas cocidas. Sinceramente nunca nos imaginamos tanta amabilidad y preocupación de alguien extraño. Nos dio cátedra de como debiéramos ser como personas. 


Partimos cerca de las 11:00, no nos queríamos ir, el día estaba bien cerrado y en cualquier minuto se ponía a llover. Después de la casa de Don Nica había una especie de cantera hacia el río, lo más probable es que sacáran de ahí el ripio para esta parte del camino. 

Bordeamos la parte sur del Lago Vargas, el ripio estaba más apretado por la lluvia del día anterior y hacia mas rápido el pedaleo. De a poco la selva patagónica iba imponiendo presencia, a lo lejos en los cerros se podían ver las nalcas, arboles y la típica vegetación que ves en revistas.





Avanzamos varios kilómetros sin toparnos con autos, debió ser por la amenaza de lluvia. El camino ya no tenía un tobogán marcado, era más bien plano con falsos llanos, el sol de ves en cuando asomaba pero solo para ilucionarnos porque el cielo se volvía a cerrar, llovía un poco pero no hacía frio. El paisaje se volvió entretenido porque entramos de lleno en los bosques australes. Paramos a descansar en un puente, aprovechamos de comer algo, nos pusimos como lagartijas al sol para calentarnos y antes de partir nos pusimos a debatir: Oye, eso de allá es río?, no sé?, me tinca río porque avanza, será el Baker?, en serio?, hasta aquí? pero si desemboca en Caleta Tortel, va muy tranquilo para ser el Baker, fijate la corriente que lleva al medio, a deberas… 


El camino sigue en cornisa respecto del río, habían pequeñas caídas de agua en las rocas y  después de cruzar este sector había una cascada muy grande, parada obligada para sacar la cámara. También en este sector se logran ver casas en la ribera poniente del río y dejan sus autos al costado del camino. Después de la cascada, el Baker se aleja para que los grandes arboles acompañen el falso llano que de a poco se transforma en una subida interminable hasta llegar al cruce entre Tortel y Puerto Yungay. A la izquierda se ve una muralla, si una muralla de roca y arboles, esta cuesta es parte del camino que lleva a Villa O`Higgins y en lo alto se logra ver el mirador. Aunque estuvimos varios minutos mirando el paisaje y leyendo el letrero, estábamos felices de que faltara poco para la meta, sólo 22 km a Caleta Tortel!








Antes de iniciar el pedaleo, mirábamos la bajada en el camino a Tortel después del cruce y dijimos: "Hay que hacerla con cuidado", el ripio estaba seco y suelto por lo que a gran velocidad la bici se nos podía descontrolar. Bajamos con precaución y seguimos, el camino es plano en todo el trayecto pero muy malo, lleno de hoyos que tratas de esquivar pero es inevitable pasar por ellos. Estos 22 km fueron muy sufridos y muy lentos pero el paisaje lo paga todo. Nos topamos con varias camionetas hacia Cochrane y si mal no recuerdo algo de viento nos pego. En partes el camino cruza unas especie de pantanos con bosques muertos en ellos, de seguro en época de invierno el Baker inunda toda esta parte (Lo confirmamos después con la gente del pueblo). Ibamos a punto de llegar a Caleta Tortel y se puso a llover muy fuerte, el frío calaba los huesos y como siempre antes de llegar a destino, una cuesta. No sabíamos cuanto faltaba pero el aeródromo nos indicaba que estábamos cerca, lejos escuchábamos música, y nos preguntábamos que era. Nos dábamos fuerza mutuamente para lograr subir y evitar parar en la cuesta. Llegamos al portezuelo, la lluvia seguía muy fuerte, empezamos a bajar hasta llegar a la plaza de estacionamiento y mirador de Caleta Tortel, lo único que dijimos fue Llegamos!!!, se me llenaron los ojos de lágrimas, la gente que estaba ahí nos aplaudió y nos tomaban fotos.


Nos refugiamos por un momento en el paradero, después fuimos a la of. de información para averiguar alojamiento y no quedaba nada. Como andábamos en bicis con carros no podíamos alojarnos en la parte baja del pueblo. Lo único que quedaba era una habitación con 3 camas cerca de la plaza de estacionamiento. Fuimos y cobraban $ 10.000 por cama, ósea, aunque fuéramos 2 ó 1 había que pagar $ 30.000. Un alemán estaba preguntado al mismo tiempo que nosotros y se fue un poco molesto, rápidamente le pregunte a mi hermana si le incomodaba compartir la habitación y me respondió que no le complicaba. Corrí hacia el alemán y con mi súper inglés le pregunte si quería compartir la habitación a lo que accedió inmediatamente. Nos ayudó a subir las bicis a la pasarela (creo que dábamos pena porque estábamos muy mojados) descorchamos los carros, los guardamos y dejamos las bicis afuera.

Después de bañarnos y a pesar de estar muy cansados decidimos bajar la larga e interminable escalera que llega a la Caleta para encontrar algún lugar donde comer. Nos habían recomendado el Restaurante El Mirador porque era abundante. La lluvia seguía fuerte y nos afirmábamos bien de las barandas para no resbalar. Seguimos por la pasarela principal que conecta con el otro sector del pueblo y como la estaban arreglando tuvimos que cruzar un pequeño cerro subiendo otra escalera para llegar a nuestro anhelado restaurante. Sentía dolor en la tibia de ambas piernas pero ya me imaginaba ese plato de comida como el de Cochrane. Antes, Paramos en una pequeña caseta donde vendían artesanía, principalmente gorros y calcetines de lana. Entramos al restaurante y de inmediato nos dicen que lo único que hay es pechuga de pollo deshuesada con papas fritas y ensalada. No hay problema dijimos, imaginandonos algo abundante. Llegó más gente, de hecho habían mesas reservadas, esperamos cerca de 1 hora y cuando llega el plato nos fuimos de espalda… 2 trozos minúsculos de pechuga, 8 papas fritas, 3 tajadas de tomate y un poco de zanahoria rallada con repollo. Nuestros platos fueron los primeros en salir y todos miraban lo que pronto les llegaría la mesa. No lo podíamos creer y lo más desconcertante fue que era muy caro ($ 8.000 p/p). Teníamos tanta hambre que en un santiamén ya no había nada en los platos, pagamos y salimos corriendo a comprar completos a una casa que vimos antes. Estaba cerrado, nos apuramos en llegar al único súper de abarrotes que hay, compramos una coca-cola grande, jamón y queso pero solo tenían pan de molde muy caro. Estaba bien oscuro y gracias a Dios había parado un poco la lluvia, preguntamos si alguien vendía pan y nos recomendaron una abuelita al otro lado de la bahía. Partimos esperanzados, cuando llegamos el pan estaba saliendo del horno, le compramos 10 panes, dimos la media vuelta, bajamos 2 escalones y como vimos a la pobre tan sola decidimos ofrecerle nuestra compañía. 





Vimos las noticias y nos enteramos que la barcaza La Tehuelche, en la que cruzamos el Lago Gral. Carrera la estaba inaugurando el ministro Golborne. Por eso era tan reluciente, estaba nueva, jajajaja. La abuelita era una de las fundadoras del pueblo junto a su difunto marido, tuvieron muchos hijos, aun más nietos y varios bisnietos, numerosa familia!! 

A la hora que llevábamos de conversación con la abuelita, llegó a verla una nieta con su hijo, le sorprendió nuestra presencia puesto que estaba muy preocupada que estuviera sola. Se unió a la conversación y nos contó que se sienten bien aislados, en invierno el Baker corta el camino en varios sectores, que en los pueblos del sur se están quedando solo los mayores de edad, los jóvenes se ven obligados a partir a corta edad para poder terminar de estudiar, no tienen salud de calidad, en el consultorio hay una enfermera y muchas veces el capitán de la armada hace las veces de médico. El único teléfono publico que tienen funciona tarde mal y nunca, la recién instalada novedad del internet wifi se cae a cada rato. El alcalde transformó la alcaldía en un Palacio como ellos lo definen y les regalaron un carro de bomberos nuevo, siendo el único pueblo en chile y me atrevo a decir del mundo que no tiene calles sino escaleras y pasarelas. 

Desde sus inicios Caleta Tortel a sido un pueblo maderero y aún no tienen inculcado el turismo en su comunidad. De a poco las mujeres han creado talleres para tejer cosas en lana y artesanías de madera. No hay paseos en bote, que podrían explotar muy bien ya que muy cerca se encuentra la isla de los muertos y aunque esta un poco más lejos, se podría llegar fácilmente al Glaciar Jorge Montt.

Les preguntamos por la turbiedad del agua potable, nos dijeron que es producto de la escasez de agua en la laguna donde se almacena y que el filtro ya está tocando fondo. Al igual que al principio de nuestro viaje nos dábamos cuenta de lo escasa que es el agua en toda la región.

Inevitablemente les preguntamos por Hidroaysen y se oponen rotundamente. El problema tiene varia aristas pero se concentran en 2  y una de ellas los debilita como comunidad. Lo primero, es el embalse que se pretende instalar en el Río Pascua (justo en sus cabezas, aunque se encuentra a varios kilómetros). El peso de este embalse es lo que se a burlado profundamente pudiendo provocar un tsunami de grandes proporciones si colapsa. Lo otro es la gente de afuera de la región que compró terrenos y les da lo mismo vender porque No tienen un apego sentimental con la zona como ellos que han estado toda una vida en el mismo lugar. Esa gente, es la que los afecta más porque ablanda la oposición contra la hidroeléctrica y los divide.

Bueno, cerca de las12 de la noche ya nos vimos obligados a ir a dormir mientras la abuelita seguía preparando pan para el día siguiente. Afuera seguía lloviendo, a duras penas veíamos los peldaños de las escaleras,  medios perdidos llegamos a la plaza de estacionamientos y nos fuimos a dormir. Entramos despacio porque nuestro amigo alemán estaba durmiendo plácida y profundamente. Lo entendimos cuando nos acostamos, las camas eran exquisitas, te hundías en ellas, eran abrigadoras, muy cómodas. En nuestras cabezas había una ventana, se podían ver las sombras de los arboles que inesperadamente se movían por el viento, la lluvia seguía sin parar y su choque con las hojas de los arboles parecía un cascabel pero de sonido más tosco y corto. Nunca me olvidare de ese momento.


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Ve más fotos de esta ruta en nuestro Facebook Carretera Austral en Bicicleta


1 comentario:

  1. Hola Cristian, no nos conocemos, pero si conozco a M.J.; realmente está muy bueno tu Blog, buena redacción y entretenido contenido, bastante buena información y excelentes tips.... felicitaciones y las fotos ni que decir, sigan así chiquillos, difundan nuestro hermosos parajes y cultura, un gran logro de ustedes, reconozco y admiro sus esfuerzos y tenacidad, y estoy claro que una experiencia tan maravillosa como ésta, bien valió la pena todos los sacrificios.... sigan adelante un saludo afectuoso (rba)

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